Ante la presencia de la imagen, nos encontramos siempre frente a una percepción del tiempo.
Georges Didi-Huberman
Ante el tiempo
 

“Espera me amarro el zapato”, trabajo más reciente de Natalia Castañeda, se pregunta por lo inmediato e invita al espectador a detenerse y a pensar en lo anecdótico. El título de la muestra sugiere una acción cotidiana, una interrupción necesaria, en medio de un acontecer continuo antes de seguir andando.

Desde sus inicios, el trabajo de Castañeda se ha desarrollado a partir de la idea de la contemplación, como acción pausada para entender y reconocer el paisaje, y como método de comprensión del entorno y las formas que integran la naturaleza. La artista utiliza diversos objetos que hacen parte del paisaje –ya sea natural o doméstico– y los recontextualiza, guardando una aproximación esencial y poética con las imágenes. A lo largo de su carrera, Castañeda ha utilizado diferentes recursos para ampliar los límites del dibujo y la pintura –acercándose a procesos escultóricos–, al crear relaciones topográficas entre los objetos, el espacio y el espectador.

Para esta muestra, la artista hace una reflexión en torno a la pintura y al ejercicio de representación, como hecho visual de una temporalidad extendida a través de las imágenes. Castañeda presenta una serie de pinturas en pequeño y mediano formato que se articulan no solo como imagen/reflejo ante la presencia de los objetos sino también como una serie de anécdotas que encuentran correspondencia a través de su potencial narrativo. Esta puesta en escena del proceso, es decir la imagen junto a su referente, cuestiona no solo la distancia del ejercicio mimético sino también recuerda la resistencia temporal de la pintura frente la caducidad de su objeto.

La aparente quietud de las imágenes presenta una suma de tiempos y a la vez una pausa indispensable, como aquella de amarrarse el zapato. Es como un ejercicio de atención al presente, donde la detención de la imagen permite apreciar el movimiento.

Daniela Cortés

 

Volver arriba